Florecer
Mariana desempolva sus recuerdos,
ofrece a los silencios salvavidas
y sube a cartelera nuevos verbos
en voz de cigarrillo y bienvenidas.
Mariana le proyecta una paloma
al negro de la historia inesperada;
detrás de su flequillo venturoso
asoma tan celeste la mirada.
Mariana del presente, me enseña la memoria,
sin verdes pizarrones ni cuentos con disfraz.
Percibo entre sus manos la infancia que no pudo,
descubro en su sonrisa la estrella de un quizás.
Mariana transparente, espejo de su alma,
da gracias a la angustia que la dejó crecer.
Retazo de la ausencia, en vez condenarse
le puso amor al odio y pudo florecer.
Mariana fue quitando las espinas
y va colgando un sol en cada agujero,
poniéndole a la angustia golondrinas,
prendiéndole al dolor algún lucero.
Mariana tiene un ángel lazarillo
que arropa sus espaldas y su sombra;
le sopla melodías de bolsillo,
le quita soledad cuando la nombra.
Marta Pizzo, agosto de 2009.
3 comentarios:
ESTO QUE TERMINO DE LEER ESHERMOSO MARTA REALMENTE MUY BUENO.
Tu poesía es fantástica y me emocionaste. Hace mucho que no tengo noticias tuyas y te estoy extrañando, pero se que estás bien (se nota)y eso me alegra un montón.
Muchos besos para que los compartas con Miguel
Hola, es para mí muy importante recibir comentarios. Les agradezco mucho, mucho! Besos.
A vos, querida Juliana, te cuento que sí, estoy bien, tranquila, disfrutando el verano mientras se pueda, y con tantas ganas de ir a visitarte. Estamos haciendo todo para que esto sea posible.
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