A sangre,
puro hueso
pasos cortos
pelo al viento
presente arremangado
harapo de recuerdos.
Los ojos tan vacíos
escasos de horizonte
apenas colorean
lo rígido del monte.
Mariela mira el cielo
y se acomoda a la tormenta.
El sol le quema el alma
cuando espera, cuando intenta...
Porque no tiene forma de cambiar su geografía,
su mapa de miseria y de dolor en estos días.
Mariela se reclina sobre la tierra caliente
1 comentario:
Bellísimo tu texto Estoy feliz de haberte venido a visitar
besos
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