Creció y un día mostró sus bellas flores, y su perfume.
Envejeció y enfermó inexplicablemente.
Murió hace poco, el año pasado.
La semana pasada, personal de la municipalidad lo cortó y un viejo se llevó sus ramas secas para usarlas como leña. En su memoria y agradecimiento por mejorarnos la vida, escribí estos versos.
El aromo no olvida que es agosto;
amarillo perfume danza el viento
y la savia de fiesta me regala
tantos recuerdos.
Una alfombra de ocres la vereda
con sus flores terrones terciopelo
y me vuelvo memoria junto al árbol,
en este invierno.
Carga esperanza tu raíz como la mía,
besa la tierra, va buscando el agua fresca.
Las ramas tiernas son los brazos de un camino
hacia el balcón más colorido de la esencia.
Será este agosto solitario que te espera
como un amigo dibujado en la tormenta
quien vuelve a darte con sus besos una luna
para que sientas, viejo aromo, tu grandeza.
2 comentarios:
Me hizo acordar al viejo árbol de mandarinas de mi casa, un gran señor que estuvo desde siempre. Dio felicidades cuando eramos chicos, tapizaba de florecillas blancas la tierra, era nuestro fuerte y comíamos y repartíamos sus frutos. También un año enfermó y murió.
Saludos
EL ÁRBOL, PLANTADO Y CUIDADO EN SU CRECIMIENTO, COMO SE CUIDA A UN NIÑO,
ESE AROMO, ESTÁ EN TUS SENTIMIENTOS MARTA.
UN PLACER, VISITAR TUS LETRAS.
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