Entre ellos, la verdad
La mujer y el abogado
se solían encontrar
en un barcito del centro,
cerca de La Catedral.
Ella vestía modesto,
le brotaba la humildad;
apenas para el pasaje
le acostumbraba alcanzar.
Él asomaba apurado,
siempre llegaba detrás
renovando las disculpas
que ella solía aceptar.
Ya llevaban muchos años
de verse en aquel lugar;
tantos, que hasta hubo palabras
halladas sin pronunciar.
Él la miraba a los ojos,
no era necesario más,
mientras buscaba respuestas
en su oculta intimidad.
Respuestas que no tenía,
-o que elegía callar-,
para no herir a una madre
ansiosa de la verdad.
Ella guardaba sollozos
en pañuelos de cristal
que al besar sus intuiciones
se bautizaban en sal.
Aunque pasó mucho tiempo
nunca pensó en claudicar;
la razón de su porfía:
¡Justicia!, no pedía más.
Saludaba al abogado
y partía del lugar
dejando el café inconcluso,
enfermo de impunidad.
Pero un jueves el letrado
a ella quiso acompañar
y marcharon a La Plaza
a buscar la dignidad.
2 comentarios:
Ha sido un viaje maravilloso, explorar cada rincon de este mundo de letras y sentimientos... Leerte durante el viaje, hizo placentero el vuelo, no sabia si eran los poemas o el avión lo que me hacia sentir en el cielo...
Fue lindo conocerte, pero es mucho más lindo saber que cuento con tu amistad y que podemos crecer compartiendo palabras que al unirlas, en verso y poesia se convertiran.
Un abrazo enorme desde Colombia...
Gracias Kary!!
Me emociona tu mensaje así como me emocionó conocerte y comprobar una vez más que somos muchos seres "conectados por el amor" desparramados por este mundo sembrando soles... Me da esperanza.
Recibo tu abrazo y lo retribuyo. Sigamos comunicadas. ¡Viva Colombia!
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